En los últimos años, una nueva tendencia gastronómica se ha instalado con fuerza en las principales ciudades del mundo y, poco a poco, también en Uruguay y el resto de América Latina: el brunch. Este término, que combina las palabras breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo), hace referencia a una comida híbrida que se ubica entre el desayuno tardío y el almuerzo liviano. Más allá de su definición, el brunch se ha convertido en una experiencia social, relajada y moderna que seduce a jóvenes, parejas, turistas y grupos de amigos durante los fines de semana.
Pero ¿qué tiene de especial este formato para haberse vuelto tan popular? ¿Cómo se sirve? ¿Dónde disfrutarlo en Uruguay? En esta nota, exploramos el fenómeno del brunch, sus orígenes, su propuesta gastronómica y su creciente influencia en la cultura urbana local.
Un poco de historia: ¿de dónde viene el brunch?
Aunque parezca un invento reciente, el brunch tiene más de un siglo de historia. Se originó en Inglaterra a fines del siglo XIX, cuando la alta sociedad británica organizaba grandes banquetes dominicales que comenzaban a media mañana. Posteriormente, la costumbre cruzó el Atlántico y se popularizó en Estados Unidos durante los años 30, especialmente en ciudades como Nueva York y Chicago. Con el tiempo, los hoteles comenzaron a ofrecer brunch dominicales para atraer a los viajeros, y así nació una tradición que hoy se renueva con creatividad y estilo.
En la actualidad, el brunch es un clásico de las grandes ciudades del mundo como París, Londres, Berlín, Buenos Aires y, más recientemente, Montevideo. Su auge responde a nuevas dinámicas de consumo y estilo de vida, donde se priorizan los espacios distendidos, el ocio y el disfrute gastronómico sin apuro.
¿Qué se sirve en un brunch?
La gracia del brunch es su variedad y flexibilidad. No hay un menú rígido, sino una fusión de sabores dulces y salados, con opciones calientes y frías, que permiten jugar con los gustos de cada comensal.
Entre los platos más comunes encontramos:
- Huevos en todas sus formas: revueltos, fritos, pochados o benedictinos.
- Tostadas con palta (aguacate), queso crema, jamón crudo, salmón ahumado o tomates cherry.
- Waffles, pancakes y croissants, acompañados con miel, frutas frescas o mermeladas caseras.
- Yogures con granola, frutos secos y semillas.
- Fiambres, quesos, panes artesanales y bollería.
- Tartas, sándwiches gourmet y ensaladas frescas.
Y, por supuesto, las bebidas son una parte esencial. Además del café, té y jugos naturales, en muchos brunches se ofrecen cócteles suaves como la mimosa (espumante con jugo de naranja) o el bloody mary (vodka, tomate y especias), que aportan un toque festivo al encuentro.
¿Por qué se volvió tan popular?
El brunch responde a varios factores que explican su expansión global:
- Horarios más relajados: Muchas personas ya no desayunan temprano los fines de semana, y prefieren comer algo más completo cerca del mediodía.
- Socialización: Es una excusa ideal para juntarse con amigos, salir en pareja o reunirse en familia. A diferencia de un almuerzo formal, el brunch es informal y distendido.
- Estilo de vida urbano: En tiempos donde se valoran las experiencias, el brunch se posiciona como una propuesta gourmet, instagrameable y accesible.
- Turismo y cultura global: Viajeros y nómadas digitales traen consigo costumbres gastronómicas internacionales, como el brunch, que luego se adoptan localmente.
Brunch en Uruguay: una tendencia en crecimiento
En Montevideo y otras ciudades del país, cada vez más cafeterías, bares y restaurantes ofrecen opciones de brunch, especialmente los sábados y domingos. Algunos incluso tienen menús especiales con propuestas saludables, veganas o gourmet.
Los barrios como Pocitos, Punta Carretas, Ciudad Vieja y Cordón concentran muchas de estas propuestas, pero también hay opciones en Piriápolis, Punta del Este y Colonia, orientadas al turismo.
El perfil del público que elige el brunch es variado: desde jóvenes que buscan una salida diferente, hasta adultos mayores que valoran el ambiente tranquilo y la buena comida. También es común entre influencers, foodies y fotógrafos de estilo de vida, que encuentran en el brunch una oportunidad para crear contenido atractivo.
¿Brunch casero o en restaurante?
Aunque lo más común es disfrutar un brunch en un local gastronómico, muchas personas también organizan brunches caseros. Bastan algunos ingredientes básicos, buena presentación y ganas de compartir. En redes sociales abundan las recetas y trucos para armar un brunch en casa, incluso para ocasiones especiales como cumpleaños, aniversarios o celebraciones íntimas.
¿Una moda pasajera o una nueva costumbre?
Todo indica que el brunch llegó para quedarse. Su versatilidad, su espíritu relajado y su adaptación a distintos estilos de alimentación lo convierten en una opción atractiva para diferentes públicos. Además, se alinea con una tendencia mayor: la de disfrutar el momento presente, comer bien y valorar los pequeños placeres de la vida.
En definitiva, el brunch no es solo una comida, sino una forma de vivir el fin de semana. Y si bien su nombre suena extranjero, su esencia es universal: compartir, disfrutar y saborear sin prisa.