Flavia Palmiero recordó los comienzos de Agustina Cherri y Nico Cabré en la TV: «Eran chicos, pero ya eran estrellas»

Flavia Palmiero

Flavia Palmiero fue una de las grandes protagonistas del último programa de Otro día perdido, el ciclo conducido por Mario Pergolini. Con su estilo fresco y sin filtro, la actriz y ex conductora infantil abrió el baúl de los recuerdos y revivió una etapa que marcó a toda una generación: el nacimiento televisivo de Agustina Cherri y Nicolás Cabré en el recordado programa «La Ola está de fiesta».

«Agustina tenía solo seis años cuando apareció por primera vez en el estudio. ¡Era una nenita! Venía desde la tribuna y terminamos sumándola al ballet», relató Flavia entre risas, dejando ver la naturalidad con la que descubrían talentos en esa época. Nicolás Cabré, por su parte, se sumó un poco más tarde, ya con 10 años, pero con el mismo carisma y profesionalismo que lo caracterizaría años después.

De «La Ola está de fiesta» al estrellato

Ambos artistas integraron el grupo de niños conocidos como Los Pelines, quienes acompañaban a Flavia en sus coreografías, canciones y segmentos coloridos. Para Palmiero, esos años fueron más que televisión infantil: «Ellos ya eran como adultos en miniatura. Actuaban, bailaban y entendían todo. Tenían un aura especial».

La conductora destacó además que tanto Cherri como Cabré trabajaron dos o tres años en el programa, tiempo suficiente para demostrar su talento frente a cámaras y dar sus primeros pasos en el medio artístico argentino.

Una fábrica de talentos

Emitido a comienzos de los 90 por la pantalla de Canal 9, “La Ola está de fiesta” fue uno de los programas infantiles más populares de la televisión argentina. Con canciones pegadizas, trajes brillantes y una escenografía que parecía sacada de un sueño colorido, el ciclo marcó un antes y un después en la forma de hacer televisión para chicos.

Hoy, varias décadas después, ver a Flavia Palmiero recordando esos momentos en televisión genera una mezcla de nostalgia y admiración. Y no es para menos: pocas veces se da el lujo de presenciar en vivo el inicio de dos carreras tan exitosas como las de Agustina Cherri y Nicolás Cabré.