Siempre estuvo vinculada al mundo del arte y aunque es licenciada en Relaciones Industriales, desde chica estudiaba danza y también gimnasia. Para hacer su doctorado en Administración de Empresas, viajó a España junto a su esposo. Un tema burocrático le impidió hacer su doctorado, e inquieta como se define, decidió hacer pedagogía en danza. La tutora del instituto le dijo que fuera a hacer la prueba para licenciatura en Teatro Musical en Artes Escénicas, porque estaba perdiendo el tiempo estudiando para ser profesora.
“Tenía 26 años, me fui al instituto y cuando llego era una locura la escuela. Entro le digo a mi esposo: yo quiero esta acá”, cuenta Jaimes. Entre las pruebas a realizar había danza, actuación y canto. A los dos meses la estaban llamado para decirle que había sido seleccionada, “porque solo entran 80 personas por año”, señala Jaimes.
-¿Desde cuándo vivís en Uruguay?
-Me fui de Venezuela en 2008. Estuve seis años en España y ahora hace cinco que vivo en Uruguay.
-¿Te costó adaptarte?
-Me adapté muy rápido. Conservo el acento que es raro, entre venezolano y español. Cuando has vivido en otro país, como me sucedió a mí con España, el proceso de adaptación es más sencillo al volver a emigrar. Ese camino recorrido te da los tips para adaptarte a otro país. Así que ay me adapté a la rambla, al fainá, al chivito todavía no. Y a la torta frita tampoco.
-¿Tomás mate?
-Sí, soy de las que llevo mate al teatro. Y amargo como debe ser. El mate te da eso de formar parte de algo. Es una forma de crear un lazo en los grupos que socializan por algún motivo.
-¿Qué familia conservás en Venezuela?
-Tengo a mis padres y una hermana. También muchos tíos y primos. Si bien muchos se han ido, mi familia es muy grande. Mis padres vinieron hace tres años a visitarme pero yo no he podido. Acabo de vivir una situación difícil. Se murió mi madrina hace un mes y no pude ir, no pude estar con mi familia. También lo viví con mi padre cuando murió su madre. Esas son situaciones muy duras. Esa es la impotencia que vivimos: en esos momentos queremos estar con nuestras familias y no podemos. Mi hermana, que vive en Colombia, está en la misma situación. Tampoco tiene pasaporte. Algunos podrán decir: “No te hubieses ido si querías estar con tu familia”. Sin embargo, al estar fuera puedo ayudar a mis familiares enviando medicamentos o lo que necesiten.
-¿Y en el ambiente artístico cómo te han tratado?
-Muy bien. En todos los grupos de teatro me integré muy bien. Intentan hablar como hablo yo y me dicen “Miss Venezuela”. Me encanta eso porque toda la vida soñé con ser Miss, aunque mi 1,60 de altura me lo impidió.
-¿Qué te parece Uruguay para vivir?
-Sigue siendo de los más seguros de Latinoamérica. He vivido algunos robos pero cositas muy pequeñas. Nada extremo como sucede en mi país que te matan por un celular.