El evento conocido como La Bajada, creado y conducido por Gonzalo Cammarota, volvió a convocar a miles de personas en la rambla de Montevideo, consolidándose como una de las celebraciones populares más convocantes del cierre de año.
La actividad se desarrolló durante la tarde en la zona de las Canteras del Parque Rodó, con ingreso controlado y una fuerte presencia de público que se acercó con heladeritas y bebidas para acompañar varias horas de música y encuentro al aire libre. DJs en vivo y un clima distendido marcaron gran parte de la jornada, que mantuvo el espíritu informal que caracteriza al evento desde sus orígenes.
La Bajada nació como una convocatoria espontánea vinculada al programa radial Justicia Infinita y, con el paso de los años, fue creciendo hasta transformarse en un evento masivo. En esta edición, la organización dispuso entrada paga y controles de acceso, una medida adoptada para cubrir costos de logística, seguridad e infraestructura, acordes a la magnitud alcanzada por la fiesta.
Durante varias horas, el evento transcurrió con normalidad. Sin embargo, pasadas las 20:00, se registró un incidente puntual en uno de los accesos, debajo del puente de las Canteras, en un sector donde se encontraban vendedores de comida y bebidas.
La situación derivó en una intervención policial que incluyó la presencia de algunas camionetas policiales y efectivos a caballo pertenecientes a la Guardia Republicana, además del uso de gas lacrimógeno.
Como consecuencia del gas, dos mujeres presentaron dificultades respiratorias, con ardor en ojos y garganta, y solicitaron asistencia médica. En el lugar no había ambulancia, aunque los síntomas fueron momentáneos y ambas lograron recuperarse sin necesidad de traslado.
Asimismo, algunos vendedores que se encontraban en la zona pidieron ayuda tras verse afectados por el gas. En todos los casos, las molestias cedieron con el paso de los minutos y no fue necesario ningún tipo de atención médica formal.
Durante el operativo, un vendedor ambulante fue reducido por la Policía y trasladado en una camioneta. Al momento de ser retirado del lugar, presentaba el rostro visiblemente ensangrentado y pedía por sus pertenencias, que habrían quedado en el sitio del incidente. Hasta el momento, no se cuenta con información oficial que explique las causas del procedimiento ni la situación posterior del vendedor.
El despliegue policial permitió contener la situación y evitar que el incidente se extendiera al resto del evento, mientras parte del público se alejaba del área afectada.
Más allá de este episodio aislado, La Bajada volvió a funcionar como un punto de encuentro masivo que, año tras año, marca simbólicamente el cierre del calendario laboral para miles de personas. Su crecimiento sostenido la transformó de una reunión espontánea en un evento de gran escala, con organización formal, controles y dispositivos de seguridad acordes a su convocatoria.
