Convocatoria a la Marcha del 8M: Lucha Feminista frente al Avance del Fascismo

8m

El 8 de marzo, conocido como el Día Internacional de la Mujer, tiene un profundo significado en la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Esta conmemoración, que remonta sus orígenes a la primera década del siglo XX, surge en un contexto de creciente activismo laboral y político entre las mujeres. La decisión de establecer un día específico para conmemorar estas luchas fue resultado de numerosas manifestaciones y acciones reivindicativas que exigían cambios sustanciales en la sociedad.

Desde su inicio, el 8M ha sido un símbolo de la resistencia y la búsqueda de igualdad. A lo largo de los años, este día se ha convertido en un espacio donde colectivos feministas se organizan para visibilizar sus demandas. Estas manifestaciones no solo buscan reconocer las conquistas alcanzadas, sino también señalar las violencias estructurales y las desigualdades que persisten en diferentes ámbitos: laboral, social, político y cultural. La relevancia de este día es aún más acentuada en el contexto socio-político actual, donde se observan tendencias que, desde perspectivas autoritarias, intentan desvirtuar los avances logrados por el feminismo.

El avance de ideologías fascistas ha planteado serias preocupaciones dentro de la comunidad feminista. Las mujeres enfrentan no solo una lucha por sus derechos individuales, sino también un desafío colectivo ante la amenaza de regímenes que buscan silenciar sus voces y retroceder en los derechos conquistados. En este sentido, el 8M se transforma en una fecha fundamental para la unión y la movilización, sirviendo como un llamado a la acción donde las voces de las mujeres se elevan de manera contundente. La importancia de esta conmemoración radica en su capacidad para unir a diversos sectores de la sociedad, promoviendo una lucha común por la igualdad y la justicia social.

Detalles de las Convocatorias: Marcha y Vigilia

En el contexto de la lucha feminista, dos convocatorias importantes se llevarán a cabo en torno al 8 de marzo, con el objetivo de visibilizar las demandas de igualdad y justicia social. La primera de estas actividades será la vigilia feminista, programada para el 7 de marzo en la Plaza Memorial Ex Presas Políticas. Este evento tiene como propósito principal fomentar la unidad y la reflexión entre las participantes, creando un espacio seguro donde se puedan compartir experiencias y fortalecer vínculos. La vigilia se iniciará al caer la tarde, permitiendo a las asistentes preparar sus corazones y mentes para el compromiso que representa el 8M. La velada incluirá momentos de introspección, así como intervenciones artísticas que resalten la importancia de la memoria histórica en la lucha feminista.

El clímax de las actividades se alcanzará el 8 de marzo, con la marcha central que se llevará a cabo en la Plaza Independencia. La convocatoria se realizará a partir de las 17:00 horas, invitando a ciudadanos de todas las edades y géneros a unirse a esta manifestación. Durante esta marcha, se realizarán diversas actividades programadas, que incluirán lecturas de textos significativos en el ámbito feminista, recitación de poemas que abordan temáticas de género, y presentaciones artísticas que celebran la diversidad y la resistencia. Estas actividades no solo tienen la finalidad de entretener, sino que también buscan sensibilizar a los asistentes sobre la urgencia de las demandas feministas en el actual contexto sociopolítico. Una vez finalizadas las actividades en la Plaza, las participantes emprenderán el recorrido hacia la Udelar, donde se espera una masiva participación, reafirmando que la lucha por la igualdad es un compromiso colectivo y constante.

La Consigna de Este Año: Frente al Avance del Fascismo

La consigna de este año para la marcha del 8M, «Frente al avance del fascismo, lucha feminista», refleja la creciente preocupación entre diversas comunidades y agrupaciones en Uruguay ante el resurgimiento de ideologías consideradas autoritarias. En tiempos recientes, se ha evidenciado un clima político tenso, con discursos y acciones que desdibujan los límites del respeto y los derechos humanos, lo que ha motivado a las feministas a pronunciarse abiertamente sobre estos temas. La consigna no solo sirve como un llamado a la acción, sino que también enfatiza la interconexión entre la lucha por la igualdad de género y la defensa de la democracia.

Referentes feministas como Tamara Abracinskas destacan la necesidad de que el movimiento feminista se posicione frente a amenazas de carácter fascista. Abracinskas subraya que la violencia de género, los recortes a derechos y la desigualdad son signos de un retroceso que no puede ser ignorado. Su opinión resuena con la idea de que el feminismo es un motor para la resistencia y una herramienta para combatir el autoritarismo. Al integrar la lucha feminista en la lucha contra el fascismo, se busca no solo salvaguardar los derechos de las mujeres, sino también reforzar los principios democráticos que son fundamentales para todas las personas.

El avance del fascismo, tal como es percibido por muchas voces en la sociedad, abre un debate sobre la vigencia de los derechos humanos y la equidad. La movilización en torno a esta consigna demuestra cómo las luchas sociales y políticas están interligadas, y que la defensa de los derechos de las mujeres está intrínsecamente vinculada con el estado de la democracia y la justicia social en el país. De esta manera, la consigna del 2025 no solo convoca a la acción, sino que también invita a la reflexión sobre el papel que cada individuo puede desempeñar en la resistencia a sistemas opresivos.

Apoyo de los Sindicatos y la Realidad Laboral de las Mujeres

El PIT-CNT, principal confederación de sindicatos en Uruguay, ha manifestado su claro apoyo al paro internacional de mujeres programado para el 8 de marzo. Esta adhesión no solo es un acto simbólico, sino que también se fundamenta en una voluntad colectiva de luchar contra la desigualdad de género presente en el ámbito laboral. La colaboración entre el movimiento sindical y el feminista resalta la importancia de unir fuerzas en la búsqueda de mejoras en las condiciones laborales de las mujeres, quienes enfrentan desafíos significativos en el mercado de trabajo.

Carolina Spilman, una destacada activista y líder sindical, ha señalado que la escasez de empleo de calidad para las mujeres en Uruguay es una realidad alarmante. Según sus observaciones, muchas mujeres enfrentan un acceso limitado a empleos bien remunerados y con condiciones laborales dignas. Esto se ve reflejado en las estadísticas, las cuales indican que un alto porcentaje de las mujeres jefas de hogar se ven obligadas a trabajar en situaciones precarias, lo que impacta su calidad de vida y la de sus familias. La falta de oportunidades laborales adecuadas perpetúa un ciclo de desigualdad que el movimiento feminista y los sindicatos buscan romper.

El paro del 8 de marzo no solo tiene como objetivo visibilizar estas injusticias, sino también actuar de manera concreta para lograr mejoras tangibles. Al convocar a la movilización, los sindicatos y los grupos feministas aspiran a presionar a las instituciones para que se implementen políticas que favorezcan la equidad de género en el ámbito laboral. Esto incluye promover la igualdad salarial, la creación de empleos de calidad y el acceso a servicios de cuidado, que son esenciales para que las mujeres puedan participar plenamente en la fuerza laboral. En este contexto, es indispensable entender que la lucha por los derechos laborales de las mujeres es intrínseca a la lucha por un futuro más justo y equitativo en la sociedad uruguaya.

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