Cada 29 de octubre tiene lugar esta conmemoración a nivel mundial que invita a concientizar y sensibilizar respecto al accidente cerebrovascular. Este acontecimiento es tiempo dependiente, lo que implica que es esencial identificarlo lo más rápido posible de manera de establecer el tratamiento más adecuado para el paciente y prevenir posibles secuelas.
En una charla realizada el año pasado, como parte del ciclo de “Calidad de Vida” del diario El País, se abordó un tema crítico para la salud pública en Uruguay: los accidentes cerebrovasculares (ACV), responsables de un promedio de siete muertes diarias en el país. En el evento participó el Dr. Roberto Crossa, un referente en cirugía vascular a nivel internacional, profesor en la Universidad de Carolina del Sur, Estados Unidos, y autor de múltiples libros traducidos a varios idiomas. En su intervención, el Dr. Crossa explicó los últimos avances en la prevención y tratamiento de los ACV, una de las principales causas de muerte a nivel global.
ACV: Una pandemia silenciosa en Uruguay
Durante su exposición, el Dr. Crossa enfatizó que los ACV continúan siendo una “pandemia” que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta enfermedad no transmisible representa una de las mayores amenazas para los sistemas de salud a nivel global, incluyendo Uruguay. Aunque el término «pandemia» suele usarse en el contexto de enfermedades infecciosas, el Dr. Crossa destacó que los ACV, como otros problemas circulatorios, merecen una atención similar por el impacto que tienen en la población y en los recursos de salud.
Tipos de ACV: Isquémicos y hemorrágicos
El Dr. Crossa detalló que aproximadamente el 80% de los ACV son de tipo isquémico, provocados cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se bloquea, impidiendo el flujo de oxígeno y nutrientes a las neuronas, lo cual termina causándoles la muerte. Este tipo de ACV es más común en personas mayores de 65 años, aunque puede afectar a personas de todas las edades, incluyendo niños y adolescentes.
El 20% restante corresponde a los ACV hemorrágicos, los cuales presentan un riesgo de mortalidad aún mayor. En estos casos, una arteria se rompe y causa una hemorragia en el cerebro, generalmente debido a hipertensión arterial o a malformaciones vasculares como aneurismas. Este tipo de ACV suele darse de manera más frecuente en personas jóvenes, alrededor de los 40 años, y se caracteriza por ser súbito y, muchas veces, devastador.
Factores de riesgo y síntomas
Según el Dr. Crossa, los factores de riesgo para los ACV isquémicos incluyen hipertensión, diabetes, tabaquismo y hábitos alimenticios poco saludables, similares a los de otras enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en el caso de los ACV hemorrágicos, la hipertensión no siempre es el factor principal, y se observan más frecuentemente en personas con predisposición genética o inflamaciones vasculares.
El especialista también subrayó la importancia de reconocer rápidamente los síntomas de un ACV, como la pérdida repentina de fuerza en un lado del cuerpo, dificultades en el habla, problemas de visión o pérdida del equilibrio. “Es esencial recibir tratamiento dentro de las primeras cuatro horas; cada minuto cuenta, ya que millones de neuronas mueren en este corto tiempo”, advirtió el Dr. Crossa, destacando la urgencia en recibir atención médica de forma inmediata.
La importancia de una rápida respuesta
«El cerebro tiene una complejidad mayor que el corazón en cuanto a síntomas», explicó el Dr. Crossa. Mientras que un infarto suele presentar síntomas claros como el dolor en el pecho o el brazo izquierdo, los síntomas de un ACV pueden ser variados y más difíciles de identificar. Sin embargo, la velocidad de reacción es esencial, y la población debe buscar ayuda médica ante cualquier señal sospechosa.
En países como Estados Unidos, el Dr. Crossa destacó el papel que juega la educación en la prevención de ACV. “Es necesario que la gente sea consciente de que no tiene seis horas para reaccionar; lo ideal es recibir tratamiento en la primera hora”, señaló. La rapidez en el tratamiento no solo aumenta las posibilidades de supervivencia, sino que también reduce el daño neurológico permanente.
Nuevas medidas en Uruguay
Una noticia alentadora para Uruguay es que el Fondo Nacional de Recursos ampliará la cobertura de procedimientos para tratar ACV hemorrágicos a partir de febrero próximo, sumándose a las trombectomías cubiertas desde 2023. Esta decisión garantiza que los pacientes que sufren un ACV hemorrágico puedan acceder a un tratamiento especializado, independientemente de su capacidad económica.
Graciela Suárez, presidenta de la Asociación de Pacientes de ACV y Enfermedades Neuronales, elogió esta medida y destacó el trabajo de su organización para lograr que el tratamiento de ACV sea accesible para todos. Esta asociación, integrada por pacientes y familiares que han vivido la experiencia de un ACV, ha sido fundamental en la defensa del derecho a una atención médica adecuada y oportuna.
La prevención y concientización, clave para reducir el impacto
El Dr. Crossa concluyó su intervención con un llamado a la acción. Concientizar a la población sobre los factores de riesgo y síntomas del ACV es fundamental para mejorar la calidad de vida y reducir el impacto de esta enfermedad en Uruguay. La prevención y el reconocimiento temprano de los síntomas son las mejores herramientas que tenemos para enfrentar esta pandemia silenciosa que afecta a tantas familias en el país y en el mundo.
Las nuevas políticas de cobertura para los ACV representan un avance significativo en el tratamiento de esta condición en Uruguay, pero es necesario seguir trabajando en la educación y prevención para que más personas puedan salvarse y vivir con una mejor calidad de vida.